Una gran predisposición a escuchar es esencial en nuestra labor como orientadores más incluso que todos los conocimientos que poseamos, más incluso que todas las habilidades que tengamos. Si no existe unas ganas de escuchar, no vamos a poder ayudar adecuadamente.
El problema es que muchas veces hay circunstancias externas que no controlamos que pueden provocar que nuestra escucha activa no sea efectiva. Por ejemplo:
- Estar cansado.
- No nos interesa lo que dice el otro.
- Si juzgamos por lo que ocurre.
- Si en ese momento lo que necesitamos es ser escuchados nosotros.
Tenemos que tener en cuenta que cuando escuchamos activamente lo que queremos es que el individuo saque de dentro todo lo que tiene, absolutamente todo. Como si de ordenar un armario se tratase, donde en primer lugar sacamos toda la ropa para a continuación ordenarla por abrigos, pantalones, camisas, etc. De este modo, el orientado sacará todos sus pensamientos, ideas, creencias, percepciones no realistas y aquello que no le sirve para ordenar su pensamiento y poder actuar en consecuencia.
Por lo tanto, el dominio de técnicas de escucha activa va a ser esencial en nuestra labor. Debemos en primer lugar, tener claro una serie de aspectos:
- Que siempre debemos adaptar las técnicas a nosotros y a nuestra forma de trabajar.
- Gestionar nuestro límites en cuanto a la escucha activa. Es mejor hacer descansos entre sesiones o no hacer más de 3 sesiones por dia, si sabemos que a partir de la siguiente sesión nuestra escucha no va a ser efectiva.
- No llevar a cabo una técnica de escucha activa si nos parece una chorrada lo que nos están contando.
- No llevar a cabo una técnica de escucha activa si no existe predisposición a escuchar.
- EL REFUERZO POSITIVO. Animar a nuestro interlocutor a seguir hablando. Mediante afirmaciones y preguntas del tipo: "Si ya", "entiendo", "claro", "¿Y después?", "verdad", "bien", "vale", "desde luego", "¿Te sentiste como?".
- RESUMIR. Para ello, comprender lo que se ha dicho, seleccionar adecuadamente la información, usar sus palabras y sus ideas claves.
- REFORMULACIÓN. Repetir la esencia de lo dicho por el orientado con nuestras propias palabras.
- ASENTIR. Mover la cabeza levemente, de arriba a abajo. Cuidado con abusar de esta técnica.
- REFLEJAR. Consiste en decir con tus propias palabras los sentimientos existentes bajo lo que el otro ha expresado. "Entiendo que te sientes (nombre del sentimiento) y lo que quieres decirme es que (reformular la frase con otras palabras)".
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