El counselling es un proceso en que una persona acompaña a otra en la resolución de sus problemas actuales, movilizando el presente. Promoviendo en el otro el crecimiento, el desarrollo, la maduración y la capacidad de funcionar mejor y afrontar la vida de manera más adecuada. No se trata de solucionar, sino de promover y facilitar. Debemos tener claro, que es un proceso de propia reflexión del ayudado en el que el mismo se propondrá sus metas a corto y largo plazo. Nosotros como orientadores solo guiaremos en este proceso pero sin dirigir.
Siempre puedo ocurrir que a tu despacho venga alguien que no quiera recibir esta ayuda, evidentemente lo ideal es que vengan por propia voluntad, pero cuando esto ocurra no debemos venirnos abajo y en todo momento basar nuestra intervención en las siguientes premisas. Una escucha espejo, la aceptación, la comprensión y una sinceridad total. Si usamos estas técnicas podemos estar seguro de que entre el ayudante y el ayudado se creerá ese clima idóneo para ir alcanzando tanto metas a corto como a largo plazo.
Podemos decir que debemos hacernos tres preguntas iniciales para poder conseguir los objetivos que se proponga el ayudado:
1. ¿Qué quiere la persona? Debemos conocer la situación actual, establecer objetivos tanto a corto como a largo plazo. Puestos por el ayudado.
2. ¿Qué recursos utilizar? Qué habilidades posee el sujeto para lograr los objetivos. La autonomía, auto-confianza que posee, etc..
3. ¿Cómo conseguirlo? Como podemos favorecer el desarrollo. Utilizar un PLAN DE ACCIÓN que es como una guía.
Debemos que saber este modelo de ayuda consta de 6 fases, las cuales es esencial ir desarrollando adecuadamente paso a paso con el fin de crear el ambiente idóneo para que se produzca el desarrollo.
1. Solicitud de ayuda a la persona o que no venga por su propia voluntad. En esta fase debemos conocer porque viene, las características que posee,...
2. Exploración/Autoexploración. Como afecta le afecta el problema al entorno, a sus relaciones, ir más allá. Situación actual y la deseada. Debemos saber que vamos a trabajar con personas que padecen problemas graves que afectan más allá de su propia vida, por lo tanto es esencial saber manejar todas las situaciones a las que nos vamos a enfrentar. Esto es algo que debe ser exhaustivo y tranquilo. Debemos tener muy claro con que tipo de sujeto tratamos. Puede durar varias sesiones, pero será por el bien final de la intervención. Conocer que tipo de inteligencia se adapta mejor al cliente también es esencial para que se alcancen los objetivos.
3. Diagnóstico. Para una intervención educativa especializada. Es un diagnóstico del problema, de la situación. En función de lo que se, se diseñará el plan de acción. Que hacer para pasar de la situación actual a la deseada.
4. Tratamiento. Que irá en función del diagnóstico y tras establecer ese plan de acción.
5. Seguimiento. Se debe seguir de cerca como está funcionando el tratamiento, para ver si hay recaídas, si el ayudado va mejorando. Ya que si se produjeran retrocesos habría que modificar el tratamiento y aplicar nuevos objetivos. Entendiendo que volver atrás puedo no ser siempre malo, incluso beneficioso.
6. Evaluar el efecto de la acción. Toda intervención requiere una exhaustiva evaluación para saber si los objetivos se han alcanzado, si perdura el problema, si el tratamiento ha surtido efecto.
La principal técnica que se va a emplear para la consecución de esos objetivos va a ser la entrevista. Teniendo en cuenta factores cognitivos y emocionales. Ya que es la interacción entre estos la que puede no permitir que se avance. Ya que la mente puede lanzar pensamientos negativos que después el cuerpo percibe, transmitiendo a los demás y a si mismos emociones negativas. Las cuales no permiten que este se desarrolle ni avance.
En definitiva, el counselling parece un modelo muy interesante con un gran interés práctico. Debemos tener claro que trabajaremos con personas que sufren constantes variaciones emocionales producto de su baja autoestima, y distorsión cognitiva sobre si mismos. La mejor basa que tenemos nosotros como orientadores es la escucha sincera y comprensiva, provocando un estado de confianza mutua que produzca avances y desarrollo en la persona de manera autónoma. Más allá, debemos ser capaces de percibir su realidad, enfocarnos, y comprendedla ya que entenderla nos va a permitir entenderlo a él. Debemos ser capaces de empatizar y ponernos en su lugar para poder avanzar.
Hablando de realidades, os dejo un vídeo de lo que puede ser la realidad para unos y para otros. A ver si encontráis las diferencias.
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